Shalom amigos!...como dicen por tierras hebreas, ¿cómo fuímos a dar ahí?, quien lo sabe, la cosa es que aprovechando nuestras vacaciones por tierras palestinas uno ya divisó lo que podía ser denominado un ligth trekking, tenía que ser cauto, a ver como lo enfocaba yo para que no pareciera que perdía el culo para ir al monte mientras estamos de vacaciones.
Lo que vino a ser nuestro día montañero comenzó subiendo a la meseta de Masada, al sur de Israel y muy cerca ya del mar muerto. Aunque hay un teleférico para tal fin, este no abre más pronto de las 8,00 am. así que por aquello de aprovechar el día y ver amanecer a las 5,00 de la mañana ya estábamos dispuestos a comenzar el mini-trekking.
Comenzamos con cara de sueño por el "sendero de la serpiente"
Aún sin luces la subida no tiene pérdida alguna
Amanece en el mar muerto
Las vistas desde la zona son espectaculares en un paisaje dominado por el mar muerto y las zonas totalmente deserticas. Aunque mi idea inicial habría sido subir por el sendero de la serpiente para bajar luego por la rampa que hicieron los romanos, al llegar en autobús no pudo ser y la vuelta fué por el mismo lugar que la ida, aproximadamente hora y media entre subida y bajada.
Una vez bajamos de Masada, nos dirigimos al oasis de Ein Guedi, se trata de un parque natural situado entre el desierto de Judea y el Mar Muerto, cerca ya de la meseta de Qumram, donde aparecieron los famosos manuscritos.
Aunque parezca imposible, en el oasis hay dos ríos con agua de forma permanente a lo largo del año y de los cuales se embotella agua para el consumo directo.
El parque tiene unas 4 o 5 rutas marcadas, incluso puedes ir enlazando unas con otras haciendo una circular por todo el mismo, en parte por desconocimiento y sobre todo por el poco tiempo que teníamos (bien merece la pena estar un día entero allí), nos dedicamos a enlazar un par de sendas ganando buena altura para ver una panorámica de lo que nos ofrece este Ein Guedi.
Simpáticos animalillos de cara amable nos saludan a la entrada, conocido como Hyrax es uno de los habitantes emblemáticos de la zona junto con el Ibex (el macho cabrío de por aquí), leopardos, hienas y algún bicho más.
Una de las numerosas cascadas que nos encontramos por el oasis.
La humedad contrasta que encontramos contrasta con el secarral por el que nos vemos rodeados.
Se aprecia claramente los distinos senderos, algunos de ellos llegan hasta la cima de los montes.
Con las ganas que me quedé de meternos por esos cañones..."a ver que se veía".
De regreso con el mar muerto al fondo.
Una pose del autor, me falta la chica del anuncio de Fá (para los muy jovenes, era una chavala que salía enseñando un generoso busto bajo el agua mientras enjabonaba su cuerpo serrano)
Y poco más amigos, poco más porque los días dan de si lo que dan y no por ganas, esta vez no nos hemos entretenido demasiado en detallar lugares básicamente porque no teníamos ni idea de lo que estábamos viendo y pocos consejos podemos dar, ahora bien, si algún día se dejan caer por aquí desde luego que el lugar merece mucho la pena.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Pon un comentario si te apetece antes de que el gobierno comience a cobrarles.