lunes, 12 de marzo de 2012

Cebollera Vieja (10/03/2012)

En aras de seguir cogiendo algo de forma para temas más serios y a la espera de reunir un equipo lo suficientemente numeroso para afrontar expediciones de fin de semana y dar rienda suelta a la variante gastronómica de nuestro club y ya de paso esperar a que Boni termine de curar la perenne tendinitis que le trae por la calle de la amargura, Meli y el que suscribe decidimos acercarnos a conocer la zona de Somosierra para ya dar por concluido el cuadro que conforma el Sistema Central: Gredos, Sierra de Ayllon, Guadarrama y Somosierra.

Esta vez el monte seleccionado fue el Cebollera Vieja, aunque también es llamado "Tres Provincias", pero como de estos últimos ya hay unos cuantos pues nada pues preferimos la primera nomenclatura.

Circular al Pico Cebollera Vieja


La vista en 3D

Aprovechando que está relativamente cerca de casa y como madrugar es una asignatura que aún tenemos para septiembre llegamos al pueblo de Somosierra a eso de las 9,30 que tampoco es tarde para hacer algo que en principio teníamos catalogado como "tranquilo", pero ya sabemos que en tan selecto club la ilógica de nuevo volvía a imperar.
Ahogado en un mar de dudas respecto a que pantalón llevar para no pasar ni frío ni calor, mi mente, ralentizada por las cervezas ingeridas la noche anterior, olvidó en casa precisamente eso, los pantalones, así que no tuve más remedio que afrontar la ruta con las mallas interiores que llevaba en ese momento, falta de previsión que echaría de menos ese mismo día como veremos a continuación.


Pobre...no sabía lo que le esperaba.

Lozana y sonriente cruzando el nacimiento del Río Jarama

Para hacer más entretenida la ruta pensamos hacerla de forma circular, comenzando a subir por la rampa que da acceso a la cascada de agua más grande de la comunidad de Madrid, a estas alturas de año incluso podría haber estado congelada si no fuera por este inusual invierno.

Cascada (cuidense del dominguerismo en esta zona) 

A partir de la casada la ruta discurre por una senda bastante reventona pues no existen las típicas zetas para anular el desnivel y lo único que ves son largas rectas de un camino bien marcado por el cual podría circular un tanque, lo que hace que puedas llegar a la cumbre con las manos en los bolsos.

Siguiendo la ruta nos desviamos para buscar justo el límite de las provincias de Madrid y Guadalajara y seguimos ya el cortafuegos que enlazará con la última rampa que nos dará acceso a la cumbre. Desde aquí vemos las sierra de Ayllón y Guadarrama, los montes carpetanos y detrás todo el cordal de la cuerda larga, desde Navacerrada a la Morcuera (ya veremos si cumplimos con nuestro reto 2012).

Buscando ya la salida al cortafuegos

Muy al fondo se distingue Guadarrama, Peñalara y la cuerda larga.

Melisa encarando las últimas rampas del día.

Otro vistazo a la cuerda larga (hay que ir cogiendo referencias).


Una vez visitada la cumbre y tras las fotos de rigor seguimos por el cordal viendo bajo nuestros pies los túneles de Somosierra con su radar tan conocido por nuestro amigo Rober. Comenzamos el descenso por una senda no muy visible y poco hitada pero sin pérdida alguna al tener siempre la visión de la carretera frente a nosotros, en teoría tenemos que aparecer justo encima de la cascada que habíamos visto a primera hora de la mañana, y tanto en teoría como en realidad allí estábamos, pero.... empiornados hasta las orejas, y cuando es hasta las orejas es efectivamente hasta ahí. La senda había desaparecido completamente y solo teníamos de referencia el sonido del agua de la cascada porque ni veíamos.

When a mannnn....loves a womannnnnnn, hay que ver que bonito es el amor.

Una nueva muestra de la realidad.


Monumento al guarda forestal


Fue entonces cuando de verdad comencé a echar de menos mis pantalones pues sin ellos acabé con las piernas como si me hubiera pegado con 20 gatos, que le vamos a hacer, es el sino que tengo en la vida.


Melisa literalmente enpiornada hasta las orejas...¿cómo es posible que quiera seguir saliendo conmigo al monte?, como podéis observar nunca me sigáis en un atajo.


Con todo y eso paramos a degustar los típicos alimentos embutidos en tripa de cerdo antes de llegar al lugar donde habíamos dejado el coche, curiosamente justo enfrente de un bar, donde procedimos a la ingesta de unas cervezas que nos aportaron los antioxidantes y electrolitos dejados en el camino.



sábado, 10 de marzo de 2012

Robledaña y Cuchillejos (26/02/2012)

Hay ocasiones especiales en las que uno tiene que hacer las cosas porque sí, por estar en paz con uno mismo, para callar esa violenta voz interior que te recuerda quien eres y de dónde eres.

La oeste del Annapurna, la magic line del K2, la vía del compresor en el Cerro Torre, todas ellas gestas lideradas por grandes héroes nos motivaron un domingo de febrero para ascender hasta el punto más alto de Valladolid (la única provincia española que no forma parte de ninguna sierra), para ello reunimos a lo más granado de nuestro equipo alpino, Boni, Dani, Vero, Meli y un servidor, y así, sin montar campamentos de altura y sin fijar cuerda nos dirigimos a Castrillo de Duero, cuna de guerrilleros, donde teníamos previsto subir no una si no las dos cumbres más alta de nuestra provincia, el alto de Robledaña con sus 931 mts. sobre el nivel del mar situado en Alicante y el cercano Cuchillejos, que sinceramente supongo que andará por ahí también pero ni idea tengo de lo que mide.




En este caso el 3D tampoco es que muestre gran cosa.

Pero por muy sencillo que parezca el reto no hay que subestimar nuestra impericia para la orientación, dejamos el coche justo al lado contrario del pueblo en el que la ruta tiene su inicio confiando en que la única cuesta que vimos nos llevaría a nuestro destino, bendita tecnología satélite GPS pues nos dirigíamos justo en dirección opuesta.

Vimos una cuesta y pensamos...."pa' rriba"

Nuestra capacidad de orientación al menos nos dio la oportunidad de conocer el pueblo


Cruzamos Castrillo en pos de una nueva cumbre bajo una solanera no muy propia de febrero, una vez orientado obviamente la ruta no tiene mayor complicación que la de seguir el camino que sube a los cerros que rodean la ribera del Duero a través de la única cuesta que subimos ese día.

 Esta si que era la "cuesta" buena

 Aunque parezca el Dakar estamos casi en el punto más alto de Valladolid.

Atravesando unos campos de lavanda vemos a lo lejos el primer vértice del día, el alto Cuchillejos y aunque pareciera lo contrario las vistas, al menos a mí, me parecen bastante bonitas, la pena es que este año las lluvias aún no las hemos visto.

La cosa es que tras el brutal esfuerzo de la rampa llegamos por fin a los 150 mts de desnivel acumulado, a lo lejos se divisa el vértice geodésico que marca el alto de cuchillejos, qué páramo, que soledad, como decía el otro en 10 minutos se pone usted allí, y allí, y allí... Haciendo de nuevo un esfuerzo brutal logro encaramarme al hito para festejar tan gloriosa mañana con un grito mientras suelto la adrenalina acumulada, a lo lejos parece que estamos en el Dakar.

 Los ya conocídos como los héroes del Cuchillejos, falta el otro héroe (Boni) que está haciendo la foto

 Tras la foto de cumbre de rigor, esta vez no tocaba bocadillo, emprendimos rumbo al Robledaña en torno a una agradable conversación sobre el  vino y la crisis mundial.
Lo bueno que ha tenido esta ruta es que no hemos visto la habitual procesión que puedes ver en febrero en guadarrama, plásticos, esquíes, piolos, cuerdas, etc., en tal caso algún arado o un tractor a lo lejos.

Sin pérdida en busca de la segunda cumbre del día 

 A todo esto sin darnos cuenta vemos una curiosa piedra en medio del camino... como decía la cancioncilla ¿qué será....será?, pues bien, en la piedra había una placa con la que un tal Álbaro (si, si, con B) y una tal Sagrario habían identificado los 931 mts. del alto Robledaña el día 01/05/2001, oye, pues bien, que le vamos a hacer enhorabuena, o felicidades, o que cumpláis muchos años juntos, o no, o yo que sé.

 Hito que marca el Robledaña como el punto más alto de Valladolid

Aquí está la prueba de nuestra gesta

Que sensación de soledad....

Una vez hoyada la segunda cumbre del día nos disponemos a bajar de nuevo por la única cuesta que anteriormente habíamos subido, llegando a Castrillo nos encontramos con la única presencia humana que vimos en toda la mañana y de ahí al coche donde inexplicablemente alguno se puso a hacer estiramientos, no se si inducido por algún tipo de mal o para que no le diera un tirón al montarse en el coche.

La cosa fue que en lugar de las mahous de rigor y viendo la mañana tan magnífica que teníamos todavía por delante decidimos sustituir el sabroso elemento por otro no menos sabroso, el vino dando lugar así a la parte gastronómica de tan memorable club, así que esta vez no hubo mahous si no una cata de riberas.