viernes, 28 de diciembre de 2012

Cabeza Lijar (27/12/2012)

Pues si, ya vamos acabando el año y como prometíamos en la anterior entrada dejamos una última rutilla para los días de navidad, esta vez como tampoco teníamos mucho tiempo y aún no han llegado las nieves nos acercamos a Cabeza Lijar (o como seguir los restos de la guerra civil por el sistema central). 
 
En esta ocasión Dani (Rubio), Meli y un servidor fuimos los expedicionarios a los que tanto admirais, con tranquilidad y aplomo salimos desde Laguna Augusta a las 9,00 de la mañana, la ruta tampoco daba mucho de si (nosotros tampoco solemos) pero bueno, un buen día de monte siempre es un buen motivo para levantarte de la cama aunque sea en vacaciones.

La idea era subir desde el alto del León hasta el cerro de Cabeza Lijar siguiendo los restos que quedan por la zona de la guerra civil




Un poco de historia:
En julio del 36 se dió la orden de atacar las posiciones nacionales ocupadas en Somosierra, registrándose duros combates en el alto del León y recrudeciéndose estos pocos días después en las localidades de El Espinar, donde se incendia el ayuntamiento, y Villacastin, los milicianos socialistas entran por San Rafael y ocupan Cabeza Lijar desde donde pretenden atacar las posiciones nacionales del Alto del León, el bando nacional acaba tomando el cerro el 16/09/36. Toda la zona está presidida por un cruz de 150 mts. de altura donde dicen que está enterrado un tal Paco que al parecer, entre otras cosas, inauguraba pantanos y pescaba salmones.

Pues bien, sobre las 11,00 de la mañana nos pusimos a andar, como suele ser costumbre escuchando los gruñidos, quejidos e improperios durante los primeros 10 minutos de Melisa, ella dice que como las bicicletas, la montaña es para el verano, luego se la pasa y se ve que disfruta.
A lo que voy, la ruta se inicia justo detrás del restaurante del Alto del León en dirección al albergue de Peregrinos a través de una pista forestal, a la derecha dejamos un..... bueno, no se muy bien como definirlo, la cosa es que hay un edificio militar lleno de cámaras y alambradas, yo creo que es donde llevaron a Elliot y a E.T cuando el gobierno les descubrió.

Naturaleza en estado puro.


Con el fresquito de la mañana



En busca de la cima



Entrada a uno de los búnkers

 
Actualmente convertido en un observatorio.



En todo momento la ruta está señalada con marcas de color verde y se desvía a la derecha de la pista adentrándose en un bonito bosque de pino albar buscando la frontera que delimita la provincia de Segovia con la de Madrid. En la cima del Cerro Piñonero (o de la Gamonosa)  y girando en dirección sur vemos un antiguo refugio militar muy bien conservado, actualmente se usa de observatorio de aves. 
Desde aquí vemos a lo lejos el famoso bunker, ahora convertido en mirador, para llegar a él es sencillo, solo hay que seguir la senda que serpentea entre provincias mientras que, a izquierda y a derecha se ven nidos de ametralladora y casamatas.



Al fondo 7 Picos y la Maliciosa

 
Restos de puesto de ametralladora

Llegamos a la cumbre (1.823 mts) y con nuestra indudable forma física intacta, viendo que la ruta se nos ha hecho corta decidimos seguir adelante hasta el Cerro de la Salamanca, donde está situado el refugio con el mismo nombre (actualmente en ruinas), no sin antes pararnos a ver a lo lejos la pedriza presidida por El Yelmo, la cara sur de la Mujer Muerta, la Maliciosa, Bola y por encima Peñalara... a lo lejos Gredos y la silueta del Almanzor.

 
 Cima y bunker de Cabeza Lijar

Vistas a la Sierra de Guadarrama, con su Cuerda Larga, Peñalara y Pedriza.


En la cumbre de Cabeza Lijar está el padre de todos los búnkers, bajo el mismo está habilitado un refugio relativamente bien cuidado, tiradas las fotos de rigor seguimos por el GR10 en dirección a Peregrinos a través de la cresta de los montes de Malagón. En el Collado entre los dos cerros cruza la pista forestal de la mina, al parecer la zona es rica en wolframio, durante la IIª guerra mundial el tito alemán Adolfo usaba estos recursos naturales para endurecer el blindaje de la munición y como bien es sabido que teníamos deudas con los alemanes...(a qué me suena esto).

Con nuestra pericia habitual para seguir las sendas llegamos al cerro donde encontramos un socaire donde dar rienda suelta a nuestra gula (se ve que no hemos tenído suficiente estas fechas), sol...compañía....montaña.....incluso una fina capa blanca de nieve, de nuevo nos falta esa botella de vino.  Tanto para llegar a la cumbre como para bajar de ellas hay que hacerlo con cuidadín pues hay que moverse por bloques de granito y el hielo tiene una cosa, que resbala, para los cubatas bien pero para andar pues es otra cosa.

 Más restos de trincheras en el Cerro de la Samanaca


 Refugio de la Salamanca, ahora en ruinas.


Yepaaaaa!!!!!!!!!


Otro nido de ametralladoras

La cosa es que tras un buen rato pues ya solo nos queda la vuelta, que la hacemos prácticamente por donde habíamos hecho la ída, solo al llegar al Collado de la Gasca cogemos la pista de la mina para llegar hasta el Alto del León, esta vez la ruta nos ha sabido a poco y aunque ya lo sabíamos no dejamos de hablar de donde podemos ir allá por febrero o marzo, ¿Pirineos?, ¿Picos?.....mmmmmm....picooossssss.

Y así llegamos de nuevo al coche, al que antes de subirnos ni que decir tienen que tuvimos a bien disfrutar de las típicas cervecillas para acabar bien este prolífico año montañero 2012.

 

 

domingo, 9 de diciembre de 2012

Hayedo de Tejera Negra

Bueno, pues el año va acabando y que mejor forma de hacerlo que dando un paso por el monte...¿el último del año?...espero que no, si o si tengo que estrenar las botas que compré el verano.

La cosa es que un solo mail fué más que suficiente para reclutar a lo más granado del equipo grotesco, Boni el hombre que vino del frío y que aún está en fase de recuperación física, Dani y Vero, hacía ya tiempo que no se apuntaban a una (Vero se ha ganado una plaza en sin par equipo tiempo atrás), y luego Meli y yo, solo nos faltaba Merce para hacer un equipo digno del mismísimo Ernest Shackleton.

La idea era ir a dar una vuelta por el hayedo de Tejera Negra, y luego pues a lo nuestro, unos callos, unas cañas, vamos, lo normal, y en esto que en la mañana del día 8 de diciembre, sin mucho madrugar salimos para allá. 

El día se presentaba frío, pero nada que que se acercara a lo extremo de otras ocasiones, la idea era la siguiente, recorrer la senda del robledal desde el centro de interpretación de Cantalojas hasta llegar al Hayedo y luego volver realizando así la ruta de forma circular, eso mismo más o menos es lo que nos dijo amablemente uno de los guardas del parque, pero no contaba con nuestra innata capacidad para la desorientación y tal cual nos dijo que siguieramos la carretera nosotros hicimos lo contrario, abandonarla, ...a lo lejos vimos el guarda corriendo tras nosotros diciendo que ya estábamos desviados y corrigiendo nuestra ruta.





  




Pues bien, ya reorientados la cosa es bastante sencilla y solo hay que seguir el camino balizado por las señales verdes... y por las roderas de los coches. La ruta comienza descendiendo al río y comienza el ascenso de nuevo por un bonito robledal, por aquí echamos de menos a nuestro amigo Jose para que nos iluminara con sus conocimientos biológicos sobre la biosfera.
 

Puente de Pizarra sobre el río 


La niebla le daba un punto tétrico a la ruta

 ...vamos pa'quí, pa'lla.....vamos de excursión.


La ruta sigue el robledal hasta llegar a una explanada llamada "plaza de toros" donde encontramos un monolito gigante y un cartel de información donde se indican los picos más importantes de la sierra de Ayllón, ...el paisaje nevado y la niebla abriendo hacía que se me pusieran los dientes más largos que a Mario Vaquerizo en Berskha, ¡que ganas de ponerme los pinchos!.

 El "manolito" gigante.



 A lo lejos las cumbres ya nevadas de la sierra de Ayllón.


Siguiendo la senda está el desvío a un pedazo de Roble centenario al que los años le han respetado lo suficiente como para no acabar en una estufa, en este punto, la ruta se cruza con otra de BTT (Boni, vete dando aire a las ruedas) y las dos juntas siguen hasta un collado en el que por fin se entra al hayedo.


 El roble centenario...o milenario....

 Hei....solo pienso en ti......



 El equipo del Al Filo...casi al completo.

Aquí se abandona la senda y se entra en la del Hayedo


El problema...  pues que aquí cambia la orientación y la poca nieve que había se ha transformado en hielo, así que pasito a pasito y con calma (y yo con las botas en casa y andando con las zapatillas de trecking). 
Los árboles ya han perdido prácticamente todas sus hojas pero lo cerrado del bosque, la cantidad de árboles y la senda completamente congelada daba un punto al tema, así que ahí estábamos, turnándonos por ver quien iba primero y último para ver los resbalones de los otros. 

Aquí nos encontramos con varios senderistas, ellos han dejado el coche en el aparcamiento que hay a pie del hayedo, nosotros ya llevamos unos 8 km. más lo que nos queda de vuelta. 
Como podemos conseguimos atravesar todo el hayedo entre numerosos bailes producidos por resbalones, hasta que...plaf!...ocurre lo inevitable, en esta ocasión es Meli la que se da el costalazo contra el suelo...bing, bing, bing....¡cañas gratis!.

Ya más tranquilos paramos a comer algo a resguardo del aire y aprovechando que al descender la temperatura era más agradable, aquí sacamos a relucir los quesos, embutidos, hasta paté... bueno y alguno jamón york de sobre, y otros ni siquiera eso ya que el lomo se debió de quedar en el frigorífico, menos mal que teníamos viandas de sobra para todos.


 Con cuidadín.....

 El bosque está de película de miedo

 Un tejo entre tanta haya



 Con todos ustedes..."la hieloneta"



 Ríe ahora.....

 El camino estaba para el resbalón.


Una vez completada la ruta circular por el hayedo salimos de nuevo a nuestra senda del robledal, esta nos lleva al aparcamiento donde están la mayor parte de los senderistas que nos hemos encontrado durante la ruta, el resto eramos nosotros.

Desde aquí ya "solo" queda seguir paralelo al río, este nos llevará hasta la carretera donde habíamos dejado el coche, la cosa está en que obligatoriamente nos vemos obligados a pasar varias veces el cauce de este para poder seguir la senda, con las correspondientes situaciones cómicas y grotescas, que si salto, que si no salto, que si está muy lejos, que si no me llega la pierna... que si agarramé la mochila que voy a saltar....etc.

 ¿salto...no salto?





como para un empujón.
Terminando la ruta


Tras el último salto la ruta ya solamente sigue por el margen izquierdo del río hasta que se encuentra con la carretera y de ahí de nuevo al coche, al llegar vemos que el guarda ya se ha ido, espero que con la conciencia tranquila de no habernos dejado abandonados ya que parecía que no daba mucho por nosotros..

En fin, que de ahí, ya en coche, al pueblo de Cantalojas, donde tuvimos a bien dar rienda suelta a nuestros instintos primarios y devorar unas bravas, torreznos no sin antes brindar con las merecidas cervezas tras los 21 km. de ruta.