sábado, 22 de octubre de 2011

Cabezas de Hierro (agosto 2011)

Siguiendo con la seguía de monte sigo recapitulando historias pasadas, esta vez de la penúltima vez que he estado en guadarrama. 
Entre que tenía el mono por no haber podido andar en el monte todo lo que quería por los Cárpatos y que estaba solo en casa me cogí los trastos y me largué a por la metadona (Guadarrama).

Tampoco conozco demasiado la zona como para improvisar un día de diario, solo, agosto, calor… en fin que con la excusa de dar una vuelta y como hacía tiempo que no pasaba por allí decidí enganchar la cuerda larga hasta Cabezas de Hierro y a la vuelta acercarme a la Maliciosa (por eso de verla sin nieve).


Cabeza de Hierro Mayor y Menor


Llegué a Navacerrada sobre las 9,00 me puse las botas, cronómetro a 0 y comencé a subir a la bola del mundo por la senda de las cabrillas sin ahorrar fuerza, así, sin calentar y a tope, tan a tope que me olvidé de colocar mis esparadrapos en los tobillos y justo antes de volver a salir a la pista de la bola del mundo ya tenía mis primeras ampollas, ¡joder!, a buscar en la mochila el esparadrapo… ¡vaya!, ya me acuerdo, lo saqué de la mochila y lo dejé en el coche mientras me ponía las botas.
Me acordé en ese momento que tenía los compeed que compré en Navarredonda, así que nada, como era lo único que tenía me los pegué y seguí andando entre ¿ovejas?,… si, había ovejas en la bola del mundo.


La Maliciosa desde la cuerda larga


En fin, yo a lo mío, las ampollas me estaban haciendo bastante daño y como no tenía otra cosa más interesante que hacer me daba rabia volverme así que nada, a aguantar y “hasta donde llegue”, primer hito: cerro de Valdemartín.
Tuve que bajar algo el ritmo por el dolor en los talones, aún así no iba mal del todo así que como ya veía la Cabeza menor pues nada, de nuevo “hasta donde llegue”.

Cabeza de Hierro Mayor y Menor desde Valdemartín

Bajando Valdemartín unas sospechosas nubes se acostaron sobre la cuerda, a lo lejos veo un paisano de unos 50 años subiendo, ¡vale!, esta es la mía, seguro que es un experimentado montañero y meteorólogo, la voy a preguntar por las nubes a ver que le parecen a él. Al cruzarme lo primero que me dijo era que como se llamaba la montaña de donde él venía (Cabeza de Hierro Menor), ¡vamos, no me jodas! y yo que creía que me cruzaba con un gurú de la montaña, en fin, que estuvimos hablando 5 minutos y le conté un poco donde estaba, el nombre de los montes y collados que se veían alrededor, la verdad es que era un paisano muy simpático.

En fin, que tras mi conversación en la que aproveché para coger un poco de aire comencé la subida a la menor por el pedregal. Llegando a la cumbre me despisté un poquito de la ruta cumpliendo así con la tradición montañera que nos persigue habitualmente, pero en lugar de darme la vuelta y como tampoco tiene demasiada historia aproveché para hacer un destrepe para creerme un montañero de verdad.
Otra vez casi a tope, pues el compeed que me había puesto anteriormente algo me aliviaba, llegué a la Mayor, foto, un poco de bebida, un chocolate y unas castañas al bolso para ir comiéndolas al regreso, ahora si que voy andando todo lo deprisa que mis talones me dejan.

Cabeza de Hierro Mayor


Cabezón en Cabeza de Hierro Mayor


Estando en la Mayor ver a un grupo de montañeros que están cruzando Cabeza de Hierro Menor, voy a ver si les pillo, salgo a buena marcha y llego al punto a donde les había visto por primera vez, ellos ya casi han llegado al collado, así que una vez descendido el caos de rocas comienzo a correr cuesta abajo hasta casi llegar de nuevo a Valdemartín, si tengo que perder los pies que sea a lo grande.

En Cabeza de Hierro Menor



A lo lejos la Bola del Mundo

Subiendo al cerro, noto de nuevo el dolor en el talón, comienza a escocer, ya había alcanzado a alguno de los integrantes del grupo que se había rezagado, así que nada a por los otros, Llegando a la cima de Valdemartín les alcanzo, saludo (todo el mundo sabe que no saludar en el monte es de domiguero) y tiro ya con lo que puedo hasta la bola del mundo y de nuevo a descender por el camino de las cabrillas hasta el coche.


Como en esta ocasión estaba solo no pude hacerme la foto bebiendo la típica caña del después, pero doy fe de que la tomé, acompañada de un montadito de lomo, miro el tiempo 3,40 (teniendo en cuenta que no podía correr no está mal), como físicamente me encuentro fenomenal me da el punto y comienzo a plantearme hacer un trail corriendo por la montaña, pero eso será objeto de otra aventura.

lunes, 10 de octubre de 2011

Ponferrada (Octubre 2011)

Pues la verdad es que hace ya bastante tiempo que tenemos aparcado lo que viene a ser la parte extrema de nuestras aventuras, todo debido a una tendinitis, una contractura, una rodilla que no va,  un dolor en el hombro, una pubalgia, un esguince mal curado y un sinfín de males físicos.

Total que en nuestro afán de no tener muy abandonado el monte habíamos pensado subir hasta el Catoute para probar a ver que tal, pero todo comenzó a venirse abajo cuando Boni nos dio el parte facultativo de la cata que hizo a sus tobillos, no iban a aguantar, y si un tío que si hace falta se levanta a las 6,00 de la mañana para ir a ver un pino te dice eso pues es que está jodido.

En fin, que como teníamos alojamiento gratis en Ponferrada gracias a que Dani tuvo a bien acogernos en su piso (nunca lo agradeceremos lo suficiente) pues nos pusimos en marcha a ver que podíamos hacer confiando en que la divina providencia nos curara todos los males.


Al final la idea era ir a dar un paseo por el Valle del Silencio y pasear por los pueblicos de la zona. Como cerca de ahí estaba cerca la cueva de San Genadio pues ya está, ya teníamos objetivo, vamos a pedir al santo que nos cure nuestros males.


Valle del Silencio


Peñalba de Santiago


Peñalba de Santiago


Peñalba de Santiago


Camino a ver a S.Genadio

Salimos de Ponferrada sobre las 10,00 de la mañana dirección a Peñalba de Santiago, la temperatura…espectacular y en mi afán de mejorar con el tema de las fotos pues aproveché para practicar un poquito con el blanco y negro.



Salimos dirección a la cueva temiendo que a Boni su tendinitis le respetara al menos lo suficiente como para poder llegar a la cueva, yo como ya había estado pues nada, si nos tuviéramos que dar la vuelta no tendría inconveniente en quedarme con él, total, no estábamos hablando del Aneto, Mont Blanc o sitios por el estilo.

Total, que sin más lesiones de las que ya teníamos y tras 2 km. andando llegamos a la cueva de San Genadio, ahí teníamos la cueva, el santo,… así que le hicimos nuestras peticiones pertinentes, nos hicimos una foto y vuelta de nuevo.

San Genadio


Petición a S. Genadio

Enfrente de la cueva


De regreso a Peñalba

Como el día anterior habíamos sido buenos y al menos nuestras intenciones habían sido las de andar pues tampoco nos podíamos privar de la tradicional caña del después en el bar de Peñalba.
El estar rodeados de fotos de pimientos, cecinas, chorizos y botillos despertó en nosotros el mono gastronómico y seguidamente nos acercamos a “La casa del botillo”, ni que decir tiene que con ese nombre podíamos imaginarnos cuales iban a ser las viandas.

En la Cantina


A parte de lo de alpinogastronómico estoy pensando que podíamos añadir también “cultural” lo que no se es si la palabra cultura hará o no justicia.
La cosa es que como era pronto y después de tomar los correspondientes orujos y cafés visitamos el Monasterio de Carracedo.




En fin, que a ver sin Genadio se pone las pilas y nos cura a todos para volver a contar las aventuras grotescas.

viernes, 7 de octubre de 2011

Montón de Trigo (intento febrero 2010)

Como recientemente ha sido el cumpleaños de mi tocayo Dani y como no tenemos nuevas aventuras en el horizonte pues he tirado de hemeroteca y me he acordado de uno de los intentos a Montón de Trigo que realizamos en febrero del año pasado.

Habíamos quedado Boni, Meli y yo con Dani y Manu (que se había apuntado a última hora y era la primera vez que venía con nosotros) para dejar un coche en Navacerrada y bajar con otro a Cercedilla pues la historia era luego volver a través del smith.

El día ya estaba entre fresco y lo siguiente y es que no se que es lo que tiene ese aparcamiento de Navacerrada que en cuanto te bajas del coche enseguida te entran ganas de volver a subirte e irte a un bar.
Bajamos hasta Cercedilla, aparcamos el coche en las dehesas y cogimos la calzada romana que lleva al puerto de la fuenfría.
Al dar al sur la calzada estaba limpia de nieve así con nuestra calma habitual y nuestro paso de procesión llegamos poco a poco a lo alto del puerto.


Subiendo por la Calzada

En los collados el aire pega bastante fuerte así que tampoco te puedes parar demasiado tiempo, lo justo para coger un poquito de aire, beber un trago de agua más para no deshidratarte que otra cosa y encaramos la subida por cerro Minguete, con es habilidad natural que nos caracteriza para la orientación además la niebla estaba bajando cada vez más y eso no ayuda, al final y tampoco sin mucho esfuerzo dimos con la huella buena y para arriba.

La niebla iba bajando conforme la situación se iba poniendo pina, y no nos quedaba más abrigo que ponernos, a media subida nos encontramos con un grupito que parecía que también subía desde Cercedilla…. ¡en vaqueros!, si es que se reproducen.

Subiendo a Cerro Mingete


Por fin llegó el momento deseado, en ese momento paré y desenfundé los pinchos que me había regalado Melisa, el aire pega tan fuerte ahí arriba que endurece la nieve, así que ahí me veis aprendiendo a andar con crampones, el problema era que el tema se estaba complicando por bastante, apenas había huella y el tiempo estaba empeorando por momentos, ¿A dónde vamos?, no se ve nada, tampoco estábamos lo que se dice preparados, pues esperábamos una idílica mañana montañera con nieve disfrutona y nos encontramos una ventisca que nos estaba machacando.

Con esa alegría que me caracteríza


¿Dónde íbamos a estar mejor entonces que en un bar?...mmm…mmm…nada, definitivamente no había nada que hacer, así que nos dimos media vuelta y bajamos de nuevo hasta el puerto de la fuenfría a comer algo refugiados entre los árboles, a todo esto yo como un niño con crampones nuevos, que se le iba a hacer, lo intentaremos de nuevo en otra ocasión, hay más días que longanizas y si hace falta contratar una expedición internacional pues se contrata, sin problema, y si es necesario abastecer de comida unos campamentos en altura pues se abastecen… todo para ir a Montón de Trigo en invierno (espero que no lo lean los montañeros de verdad).

Como teníamos pensado volvimos a Navacerrada a través de la senda smith jocosos y contentos hasta que a la hora de cruzar la pista de esquí tuvimos el susto del día, esta se encontraba congelada, parecía un espejo y en cuanto Dani puso el pie encima resbaló, cayo y se marchaba para abajo sin posibilidad de pararlo, menos mal antes de que comenzara a coger velocidad pudo girar y salir de la pista hacia el pinar con el resultado de un bastón cayendo por ladera abajo, sin problema, vamos a dar uso a los crampones.

Así estaba el día en Navacerrada...ni llegamos al collado.


Recuperados ya del susto y después de hacer los pertinentes estiramientos, si, si,…esa fue la primera vez que estiramos (la otra fue en picos), tuvimos a bien bajar hasta Manzanares el Real y recorrer sus calles en busca de un bar que nos sirviera unos callos a las 5 de la tarde, ni que decir tiene que lo encontramos y disfrutamos de una comida/merienda o no se como llamarlo al menos merecida.




PD.- Quedan pendientes unas fotos que no se donde paran....