¡Qué pasa chavales!...aquí traemos el repor calentito, recien sacado del horno. En esta ocasión por fín pude engañar a Boni y a Meli para subir a Peñalara, si, un clásico, pero esta vez desde La Granja de San Ildefonso lo que supone aumentar en unos 600 mts el desnivel habitual.
Un par de correos fueron suficientes para encandilar a mis acólitos a la llamada Operación Torrezno, ¿por que?, pues porque si, sin más, por llamarlo de alguna manera.
La cosa es que es algo que tenía ya en la cabeza hace tiempo y viendo que hacía bueno y tal pues al lío.
Por aquí andamos
A las 9,30 de la mañana, y con más sueño que vergüenza, comenzamos a andar desde la parte final del muro del palacio de La Granja, justo donde un cartel nos indica varias rutas, entre ellas la subida al puerto del Reventón, y por dios que le viene bien ese nombre, nada más comenzar a andar los que no lo conozcan se darán cuenta de porqué, básicamente un cuestorro y que a un servidor le iba quitando el aliento poco a poco, de hecho creo que viene de cómo debían llegar los burros que atravesaban de Segovia a Rascafría.
Siguiendo la pista llegamos a un pequeño y coqueto refugio conocido como Chozo de la Fuente del Infante, en el que aprovechamos a coger aire y a llenar de agua fresca las cantimploras, el camino hasta aquí no tiene pérdida, ni hasta aquí ni hasta el puerto que se ve ya a lo lejos. A partir de aquí el camino cambia un poco, ya no es la pista ancha por la que venimos si no que esta se transforma en una senda que retrepa poco a poco hasta la cima del puerto, donde encontramos un hito/monumento a Pedro Acuña.
Siguiendo la pista llegamos a un pequeño y coqueto refugio conocido como Chozo de la Fuente del Infante, en el que aprovechamos a coger aire y a llenar de agua fresca las cantimploras, el camino hasta aquí no tiene pérdida, ni hasta aquí ni hasta el puerto que se ve ya a lo lejos. A partir de aquí el camino cambia un poco, ya no es la pista ancha por la que venimos si no que esta se transforma en una senda que retrepa poco a poco hasta la cima del puerto, donde encontramos un hito/monumento a Pedro Acuña.
Carteles inicativos, hasta Peñalara no hay problema
En lo alto del Reventón
Aquí hacemos otro descansito, aprovechamos a comer algo ya que aún nos queda mucha jornada y ahora enfilamos el cordal en dirección a Peñalara, siguiendo por la senda bajando el puerto llegaríamos a Rascafría, pero eso es para otra ocasión. Pastoreando ganado subimos a un pequeño cerro lleno de restos de la guerra civil, trincheras, no sé exactamente a que bando pertenece, creo que a la zona republicana, pero asusta pensar pasar ahí un invierno, hacemos un poco el bufón entre los muretes que quedan en pie y seguimos el camino.
Restos de trinchera
Vamos de camino ya a Peñalara
Descendiendo de este vamos ya buscando el alto del nevero, es una senda bastante disfrutona llena de sube y bajas en la que es habitual cruzarse con bastante gente corriendo (¡que ganas tengo de probar eso!), pero ni de lejos con nada parecido a subir a Peñalara desde Cotos, posiblemente no llegue ni al 1% el numero de personas que suben por aquí, mucho más bonito aunque también algo más sufrido por la distancia y desnivel.
Nuestro objetivo ya se dejaba ver
Todavía quedaba algún nevero, las palas están muy cargadas con nieve primavera ¡ojito!
Y así, entre ponte y estate quieto llegamos a en la la base del risco de los pájaros, todavía hay un montón de nieve y mucha gente jugando con ella, parece un parque de atracciones en plena montaña. Tenemos que atravesar algún neverillo sin ningún tipo de problema, aunque me asomo y veo gente andando en travesía por las palas de nieve que aún quedan ¿?¿?¿?...como decía Serrat "cada loco con su tema".
Llevamos ya unos 13 km. andados y yo tengo ya más hambre que una pulga en un peluche, aún así decidimos subir antes de comer, por eso de no arrepentirnos luego y darnos la vuelta. Trepamos hasta Los Claveles siguiendo más o menos el sendero limpio de nieve, en ese momento veo que me pierdo la subida a la cresta y me doy la vuelta para buscar la subida, mis intrépidos acompañantes después de varias negociaciones deciden hacer lo mismo y les espero para ir juntitos y en harmonía.
En plena subida a Los Claveles
...un último esfuerzo
Las vistas merecen la pena
La conocida cresta no tiene nada, aún así es fácil encontrarse a la típica persona acordándose de la familia del amigo que les ha metido allí, con confianza llegamos ya a la cima de Peñalara y paramos para comer.
Siempre he dicho que es uno de los mejores momentos, esa cecina, queso, chorizo.... siempre me olvido del vino.... ¡qué gozada!.
Una vez devorados los víveres como el ogro Pantagruel nos subimos al vértice a hacernos la foto de rigor, no sea que haya alguno que no lo crea, ahora "solo" nos queda Bajar a La Granja, que si, que se dice muy bien y muy pronto pero está a tomar por.... además es una zona que desconocemos y precisamente por eso, como nunca hemos ido por esos lugares y nuestro sentido orientativo es el mismo que el de una ameba pues cuando aún no habíamos digerido nuestras viandas nos vimos metidos en una estupenda pedrera mientras bajábamos buscando la majada de Aranguez, estamos ahora descendiendo por la parte norte de Peñalara.
¡Cima!...es la quinta vez que subo aquí.
Pequeño refugio, está en un estado bastante digno.
Levantamos la vista y a unos 200 - 300 metros vemos el camino lógico que desciende de la cima buscando los pinares de Valsaín, aunque la bajada no se hace mal del todo recomendaría hacerlo por donde las personas normales, decentes y de familia bien. Así nos tiramos un buen rato entre piedras grandes, pequeñas, medianas....y más piedras, lo bueno que tiene es que cuando llegas abajo andar sobre el cesped es un verdadero placer.
La zona es una verdadera gozada, este año además con la cantidad de nieve caída los arroyos desbordan agua por todos lados, aprovechamos para refrescarnos y lavarnos un poco tras la paliza que llevamos encima, ahora queda coger el camino que nos lleve de nuevo al coche, aunque desde aquí calculamos que nos llevará al menos un par de horas.
Nos adentramos en el pinar de Valsaín rodeados de pino albar, sendas, caminos.....arroyos,....tratamos de buscar la silla del rey de camino, pero nuestra ya famosa capacidad para la orientación nos vuelve a jugar una mala pasada y cuando nos damos cuenta la hemos dejado atrás, recordaba en ese momento las palabras del instructor del curso de orientación, "Padawan, para situarte tres puntos que localizar tu tienes", un pino, dos pinos, tres pinos... ni idea.
El pinar está lleno de sendas, ríos....
...y unos pinos enooormes.
La senda es muy cómoda, pero hay que tener cuidado de elegir las buenas pues vemos caminos por todos los sitios, creemos que en mayor o menor medida todos lleven a La Granja, y si no a Valsaín o algún sitio cercano, pero las ganas de andar ya no son las de por la mañana y en nuestra cabeza solo existe ya una imágen, la de de una jarra de cerveza helada.
Y entre unas cosas y otras, entre quejidos y dolores por la larga jornada vemos por fin el largo muro que rodea los jardines de la granja, de ahí al coche y de este al bar donde pasamos de lo abstracto a lo concreto y hacer realidad el tema de la jarra.
Aunque hay bastanes señales hay que tener cuidado de no perderse.